Declaración

Nos acercamos a través de nuestro dolor y conmoción a nuestros hermanos y hermanas judíos
y con ellos ofrecemos nuestras oraciones al Todopoderoso, el Dios de Abraham.

Oramos por la sanación de aquellos atrapados en esta locura mientras se reunían en su
santuario para honrar el Sabbat y regocijarse en el nombramiento de un infante.

Condenemos también en los términos más fuertes este acto de depravación antisemita y la
retórica, crueldad y apatía que han permitido que el odio florezca en nuestra sociedad.

No se equivoquen. Las palabras incuban maldad y permiten que haya espacio para que sea
aceptada. Las palabras que dan voz al alarmismo que causa que las personas se armen contra
cualquiera que sea “otro”.

Y tomará más que palabras detener esta vorágine predecible de hostilidad y violencia que
amenaza con cambiar a nuestra nación.

Enfrentados al horror en la Sinagoga Tree of Life nuestra resolución debe ser tomar acción.
Unámonos en oración y recuerdo, pero también a la causa común de encontrar maneras de
oponernos al antisemitismo y todo odio similar.

Esta es una guerra librada contra la decencia y solamente trabajando juntos, reconociendo los
derechos dados por Dios a cada uno, la sociedad crecerá con paz y justicia.

Como lo dijo Abraham Lincoln al hablar de la necesidad para la sanación nacional, "Sin malicia
hacia nadie, con caridad para todos, con la firmeza en lo correcto, como Dios nos permite ver lo
correcto”. Afirmamos la esperanza encontrada en las palabras del Kadish de los dolientes, “El
que establece la armonía en Sus alturas, nos dé con sus piedades paz a nosotros y a todo el
pueblo de Israel; y decid: Amén”.