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Declaración

Declaración del cardenal Blase J. Cupich, arzobispo de Chicago, sobre los ataques a mezquitas en Nueva Zelandia

15 de marzo de 2019

Nos enteramos hoy de otro ataque terrorista en un lugar de culto, esta vez en dos mezquitas en Nueva Zelandia. Me sumo a todas las personas de buena voluntad en la condena a estos actos de violencia sin sentido contra los musulmanes, muchos de los cuales eran inmigrantes y refugiados. Uniéndome al Papa Francisco, les garantizo a nuestros hermanos y hermanas musulmanes, particularmente a aquellos en Nueva Zelandia, nuestras oraciones al Dios todo misericordioso para la sanación y consuelo.

Sabemos que la raíz de estos actos son el odio, el miedo y la ignorancia hacia los “otros”, al alimentar actitudes que deshumanizan a comunidades enteras y los culpa por males percibidos en la sociedad. Estos miedos son irracionales, pero pueden producir consecuencias horribles. Los asesinatos en Christchurch, Nueva Zelandia, son solamente el recordatorio más reciente de este flagelo mundial.

Al mismo tiempo, nosotros en los Estados Unidos debemos reconocer que llevamos una carga especial. Cuando nosotros, como nación, toleramos racismo e Islamofobia, o los empleamos en la retórica política o en nuestras vidas cotidianas, se libera un veneno que es difícil de contener. La naturaleza pública de este horrible acto y de crímenes similares aquí y en otras partes del mundo, es alarmante y habla de la intención de los perpetradores. Querían sembrar el odio y hacerlo públicamente.

Que este horrible agravio a la decencia sea un llamado a la acción de todas las personas que aprecian nuestra humanidad común. Los líderes religiosos, civiles y políticos tienen una responsabilidad no solamente de condenar estos actos criminales, sino de responsabilizarse mutuamente para combatir las actitudes que los engendran. Comprometámonos nuevamente a esta tarea hoy, acogiéndonos unos a otros como “hermanos” o “hermanas” donde sea que los encontremos.

Con un corazón entristecido, hago un llamado a todas las parroquias de la Arquidiócesis de Chicago para ofrecer oraciones por aquellos que fallecieron en Nueva Zelandia y sus vecinos musulmanes aquí en los condados de Cook y Lake. También, con toda esperanza y humildad, oremos por los perpetradores de esta violencia y por aquellos que albergan odio hacia los demás por motivos de raza o religión. Que puedan llegar a ver la humanidad en sus hermanos y hermanas y se liberen del odio.